Inviernos

Llovió demasiado desde aquel momento,
muchos inviernos pasaron desde su partida,
y ya no recordaba que era amar.
El rey regresaba a su hogar,
encontrando destrozos a su paso.
No dejaba de llover,
y aún con el tiempo que paso,
aquel rey era dueño del corazón.
Miraba al pasado y veía aquel camino
que a pesar del sombrío de los tiempos,
recordaba las cosas buenas.
Nunca dejó de amar,
aquel sentimiento simplemente cambio.
Las almas se volvieron a encontrar,
con una armonía diferente,
un amor que iba de la mano de la amistad.
El ciclón ya había hecho de las suyas,
ya el daño había pasado.
Dejó de llover,
y ahora el sol iluminaba el camino,
que iba de una mejor manera,
moviendo sentimientos a su paso. 
¿Volver a amarle con aquella intensidad?
Solo tiempo lo irá guiando o alejando.
Pero muy lejos de todos los caminos,
de la tristeza, de los cambios,
se que ese rey siempre será dueño de este corazón,
que latió fuerte por él,
al haber sido el primer amor.
Elizabeth Cubillo M.

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