Estaciones

Hizo su mejor entrada el invierno,
nublado y frío.
Marcando diferencia y olvido.
Con una poca de agua que limpiaba a su paso.
Dejando hojas verdes llenas de vida,
cafés que no se olvidan aún cuando ya no tienen vida. 
Me poso bajo la lluvia,
sintiendo vida,
sintiendo cómo recorre entre la piel y la ropa.
Cierro los ojos y sigo pensándote,
la lluvia aún no te lleva.
¿Será que deben pasar muchos inviernos hasta que pase?
Las estaciones pasaran,
y mi corazón aún estará en tu estación,
esa que da calidez, paz y amor.
Queriendo no amar, extrañar,
invadiendo a la razón cada sentimiento,
trastornando al corazón que no deja pasar todo. 
Ven invierno a lavar lo que la razón intenta olvidar
y que el corazón no deja llevar.
Elizabeth Cubillo M.
¡Te extraño!
Y mis letras desde hace varios meses,
siguen teniendo tu nombre tan impreso en cada una de ellas.
¡Te extraño!
Y aún muy a pesar de todo te sigo amando.
¡Te extraño!
¡Te extraño!
¡Te extraño!

Despacio

Despacio,
cada momento lo disfrutaba.
Su voz,
dulce y tierna,
aún cuando se escuchaba agotada.
Despacio,
trataba de mantener la calidez de cada momento.
No podía pelear contra lo inevitable,
pero cada instante era único,
y cada uno de ellos en mi corazón perduran.
Despacio,
no puedo luchar contra lo que mi corazón siente,
en lo profundo de la noche en sueños,
sigo luchando para dejarte ir,
y me doy cuenta de que,
aún luchando contra algo que siento,
lucho por no olvidarte y dejarte ir.
Despacio,
fueron llegando las pesadillas donde dejaste de estar,
despertando del mal sueño,
para que la realidad fuera esa pesadilla todos mis días.
Despacio,
las lagrimas recorren el rostro,
porque cuando no quise hacerte daño,
logré herir a ese ser que descubrió que podría amar,
que podría ser una linda persona,
que podría ser perfecta con aquel sentimiento,
que podía brillar y dar.
Despacio,
intento olvidarte,
lo intento,
pero la verdad es que te extraño,
y cuando intento olvidarte,
es cuando más me pregunto,
¿qué hará?¿lo pasara bien?¿me odiara?
¿qué escuchara?¿comerá bien y a sus horas?¿sé cuida?
y demás preguntas que invaden,
haciendo que no le olvide y que le piense más.
Despacio,
miro mi ventana,
aquel cielo azul oscuro que llama al sol para amanecer,
y me pregunto... ¿si dormirías bien?,
¿si Morfeo te acompaño?,
y ¿si mi alma enamorada de ese corazón viajo a acompañarte y cuidarte?
Despacio,
cierro los ojos y trato de...
Elizabeth Cubillo Morales

Cuando empezaba a olvidarte

Cuando empezaba a olvidarte,
mi mente jugaba conmigo.
Te había buscado,
y cansada de hacerlo,
sin tener un resultado positivo,
inicie a olvidar.
Cuando empezaba a olvidarte,
me volvía loca y te buscaba con desesperación.
Pero sé, que por más que buscara,
nada iba a pasar,
alimentando una idea e ilusiones,
que no tenían cabida.
Cuando empezaba a olvidarte,
eras quien me perseguía,
aparecías en cualquier lugar,
quizás como parte de mi inconsciente,
que no quiere dejar de amar,
sin darme paz.
Me persigue como una maldición,
dando por perdido en este momento,
el intento de olvidar,
y guardando todo lo que siente en el corazón. 
Elizabeth Cubillo M.


¿Cómo logras?

Pasaban los meses.
¿Cómo logras olvidar?
Ya llevo un tiempo en ese juego,
sin lograr un resultado.
Realmente intento,
pero ¿cómo hago para dejarte lejos?
Cuándo sigo sin dejar de pensarte o sentirte,
donde todos los días intentar es un esfuerzo, 
para dejar de llevarte en el corazón.
Quiero dejar de sentirte,
pero odio tener que hacerlo,
contradictorio, lo sé.
Entiendo debo resignarme,
con el recuerdo de eso buenos días,
sigo pensando eran buenos.
Pero odio saber que te amo y que ya no te encuentro,
aún cuando temo toparte.
¿Cómo logras olvidar?
Olvidar quizás no sea el problema,
mi lío es dejar de amar,
cuando el corazón grita desesperado por vos, 
sabiendo que no lo merezco.
Esta ha sido mi tarea más difícil,
porque la razón, el corazón y el alma saben,
que desde aquel octubre te había perdido,
intente alargar la llegada del final y aquella verdad.
Te extraño,
y no por tener a alguien ahí,
si no por lo que era cuando estabas,
lo que lograbas en mi, 
me complementabas y me hacías una mejor persona. 
Mi rompecabezas esta incompleto,
porque la pieza más importante se perdió,
y no hay remplazo perfecto,
aunque hayan piezas que encajen,
al final no eres vos. 
¿Cómo logras olvidar, si los sentimientos y letras no dejan de llegar?
Elizabeth Cubillo M.

Pesadillas

Corría sobre el pavimento,
buscando respuestas que nunca tendrán una.
La neblina fue perdiendo el camino que seguía,
y a lo lejos se escuchaba la melodía,
que el corazón marcaba al final de las pesadillas.
La desesperación y el miedo imperaban en el momento,
pero recordaba que por más miedo,
era tiempo de partir.
Los tormentos no daban tregua ni paz,
entre aquella blancura,
solo podía ver aquel rostro que juzga,
aquellas manos ensangrentadas,
por haber matado aquel corazón,
y que ahora mataba de a poco el propio.
Dejando la sed de no sentir,
y el deseo de no vivir.
Era momento de despojar el alma de el inmundo cuerpo,
alma que no olvidará,
pero si dejara de sentir.
Al final todo una pesadilla,
que noche tras noche varía,
seguiré esperando a que eso pase, 
y mientras caminare ahogando una pena,
y suplicando perdón.
Mientras las pesadillas,
hacen que el alma huya y el cuerpo sufra con el manto de la noche.
Elizabeth Cubillo M.

Buscando y Guardando Flores

Aún cuando te siga amando,
aún cuando espere esa llamada inesperada.
Es tiempo de caminar entre el bosque,
buscar las más bellas flores,
y recordar que las cosas pasan por algo.
Ya no te tengo,
aún lloro pensándote, 
pero el tiempo pasa,
y hace mucho, dejó de ser tarde. 
El tiempo no se detuvo,
por más que deseara,
por más que escribiera.
Buscar flores en este bosque,
es lo que queda al final del camino.
Buscar una bella flor, 
que ilumine los días,
encontrar esa,
que alegre lo momentos,
y alimente al corazón.
Pero siempre seras de mis flores más preciadas,
aún cuando el tiempo y el planeta se muevan.
Pues no habrá tiempo,
que impida que no deje de pensarte,
ni deje de amarte,
ya que al final,
lo que sentí en aquel viaje entre aquellos girasoles,
nunca tendrá comparación.
Mirare cada girasol dónde sea,
con recelo y recordándote,
no como un mal recuerdo,
si no como el amor más intenso y el que llevaré más dentro.
Girasoles en mi jardín,
pero es momento de buscar otra flor. 
Elizabeth Cubillo M.