Intentando

Moría por dentro,
la agonía era cada vez más larga.
Queriendo no tener corazón
y deseando arrancarlo para no sentir. 
Yo acá recordándote,
mientras vos ya no recuerdas. 
Amar,
mi agonía no fue amarte,
ha sido dejar de amarte,
pues aún cuando intento,
no logro no hacerlo.
Ese es mi sentimiento todos los días,
tristeza al ver que intento matar,
algo que realmente sentía.
Mentiría si dijera que no sentía nada,
pues cada día era un regalo,
un nuevo descubrir de sentimientos,
que florecían por vos,
por esa persona que me hacia ver la vida bella.
Y no quiero decir que aún no la vea así,
pero me falta ese pedacito que lo hacia mucho mejor.
Tengo un corazón que lucha,
contra la realidad,
ya no estás,
y desearía con todas mis fuerzas,
porque estuvieras aún ahí,
la razón sabe,
pero el corazón sigue sin querer saber.
Aún te ama,
aún te amo.
Elizabeth Cubillo M.

Corazón de tiempos

Inicio a marcar el reloj,
el punto donde todo comenzaba,
avanzaba marcando momentos.
Marcando el corazón,
con cada sentimiento que dabas,
todo iniciaba y no había marcha atrás.
No podía detener lo que el corazón,
simplemente sentía en cada instante.
Estúpido o no,
cada segundo tenía un poco de vos,
eso que embriagaba el tiempo,
que llenaba el alma de felicidad.
Arrepentimientos solo uno,
dejar que el amor fuera el guía y 
no pensar con la razón.
Me hubiera gustado detener el reloj,
antes del final,
ese que sabía iba a recortarse,
conforme iba avanzando,
y corría ese reloj.
Pude detenerlo,
pero me deje llevar por lo que sentía,
sin pensar en el dolor,
en la tristeza que iba a traer a mis días ese tiempo.
Vino el final,
y no logre detener el reloj,
que iba en retroceso,
volviendo cada momento bello y agradable,
en tristeza y un río de lagrimas.
Soy una estúpida,
rompí el reloj,
sentimientos,
dos corazones,
y ya no había escapatoria,
todo iba desmoronándose. 
Mi reloj,
mi corazón, 
late y camina,
iniciando en un punto donde no hay perdón,
y siguen marcando tu amor,
ese que aún no se olvida.
Elizabeth Cubillo M.

Cometas y Sueños

No dejaba de amarte,
una vez te dije que me encantabas,
que me volvías loca,
que eras mi sueño en las noches,
que movías el cielo y las estrellas que abrigaban el corazón lleno de vos.
Cierro los ojos y te persigo,
como persiguiendo un cometa en el cielo,
sin querer perderle y sonriendo, 
tras ese que alberga el amor.
No he dejado de amarte,
perdurando esa admiración, de saber como dar.
Aún sigo despierta y sigo soñando,
sin que nada acabe, 
sin rencores y con cariño.
Despertando de mi sueño rosa,
me doy cuenta,
de que corro lejos del sueño,
para entrar a una atormentada realidad,
donde dejo de perseguir el cometa,
que lleva los sentimientos, al corazón y tu amor,
perdiéndolos entre nubes de recuerdos. 
Elizabeth Cubillo M. 

Letras pérdidas

El corazón explotaría,
así todos los días,
desde aquella noche,
donde la verdad salio a relucir.
Deje de huir en ese momento,
mis demonios salieron a la luz,
cuestionarme muchas cosas,
era una de estas tantas.
Termine dañando el corazón que tenía 
un buen sentimiento.
Mi corazón igual dañado y herido,
por un egoísmo.
Pero aún cuando pido perdón,
a diario, mi corazón sigue ahí,
sin poder sacarte de donde estas.
¿Cómo apagar el interruptor de sentimiento? 
Y aún cuando no me lees,
créeme, estás letras perdidas,
derrochan amor, piden perdón,
y siguen escribiendo a ese sentimiento,
todo sin apagar el interruptor.
Ya no existe esperanza,
eso lo sé, desde esa noche,
pero sigo intentando dejarte ir,
pues no hay corazón, 
que guarde algo para quien escribe,
unas pocas letras.
Elizabeth Cubillo M.


Canciones

Sin querer aquella lista de canciones te traían a mi presente.
Intentando huir de aquel pasado,
mientras caminaba sin nada en mente,
sonó aquella canción que removía todo,
todo quedo en blanco y 
vino aquella imagen,
tu recuerdo.
Cantaba sin querer la canción,
que curiosamente me sabía de memoria,
caminaba con una sonrisa,
pero entre cada paso y cada estrofa,
recordaba, que ya no estás.
Melancolía inundaba momentáneamente,
y dejaba pasar la canción,
para caer en otra que decía tu nombre,
en la letra, su melodía,
y regresando ese sentimiento,
que por oculto que está,
no deja de estar donde estaba cuando te ame.
Canciones te traen a mi presente sin querer,
ya no quiero huir,
estoy cansada para eso.
Recuerdos traerán cada una de esas letras,
y mi corazón sentía el amor que abrigaba cada una de ellas.
Canciones,
quiero cantar y sentir cada una,
sin sentir dolor,
por eso me embriagare de amor,
mientras dure aquel instante,
como cuando bebo para olvidarte,
pero esta vez, 
para no dejar escapar aquel sentir.
Elizabeth Cubillo M.

Días de días

Algunos días no dejo de pensarte,
me arrullo entre las cobijas llorando,
recordando que ya no estás.
Días en los que desearía llegaras,
sin importar la hora y me despertaras.
Otros en los tengo esa sensación,
de que algo pasa y desearía hablarte,
y que supieras estoy ahí.
Días de días y hoy,
que como muchos otros,
te sigo amando.
Deseando escribirte o llamarte,
y decirte que este corazón no deja de sentir.
Un día y hoy,
que sigo sintiéndote aún cuando no estás,
soñándote, porque aún sigues en mis sueños.
Mi corazón sigue recordándole al alma viajera,
que te busque, que viaje en los momentos de sueño,
y te diga en ellos,
que muy a pesar de todo,
te sigue amando,
y que este corazón sigue teniendo tu nombre.
Elizabeth Cubillo M.

Estrellas

Perdiendo el corazón,
eso intentaba,
y hoy mire al cielo,
sacando lo poco que quedaba.
Entre más miraba,
encontré aquella estrella.
La estrella que lleva cada uno de mis sentimientos,
todos esos que tienen aquel nombre tan presente.
No era posible,
pero al no querer olvidar,
e intentar no sentir.
Mi sentimiento se convirtió en aquella estrella,
que ilumina mis noches despejadas,
como parte del manto que abriga mis sueños. 
Aquella,
que cuando necesite recordar,
me dirá que debo marchar,
sin dolor y calma.
Esa estrella que significara lo que ame y dejo de ser,
la que siempre lleve mi mejor sentimiento,
la que guardara cada sonrisa,
la que me recordara que amar siempre es agradable,
la que lleve ese pedazo de corazón que regale,
la que mirare recordando.
 Mi cuerpo y alma en este momento lloraban,
sin consuelo,
pero ya era momento,
de dejarle ir,
si más que luchar.
Mi camino se nublo y la tierra se movió, 
perdiendo la visibilidad,
perdiendo la estrella.
Esa será la estrella que 
el alma seguirá buscando,
hasta volverla encontrar en otro tiempo, 
en otro lugar,
pero no olvidará que ese era su preciado tesoro,
su estrella,
su amor.
Elizabeth Cubillo M.





Perdón

Meditaba,
colores verde,
rojo, azul, negro,
eran los que acompañaban al jugar.
Los ojos cerrados y solo quería una cosa,
intentaba buscar un rostro y el que menos lograba
visualizar era ese que deseaba.
Meditaba,
y de pronto un negro intenso,
era el que imperaba.
Con los ojos estando cerrados,
dentro de ese momento fueran presionados,
con otras manos,
cuerpo calmado,
respiración tranquila.
Intentaba lograr ver más lejos,
y entre más intentaba,
mas negro se iba poniendo el panorama.
Agitaba la respiración por momentos,
y logre entender,
que por más que deseara ver ese rostro,
el alma que en ese momento 
viajaba hasta donde estaba,
se negaba a mostrarme.
Se negaba pues al final,
solo tristeza iba a traer,
mientras intentaba buscar calma y paz.
Comprendí que era momento de dejar de buscar,
y dejar donde debe estar el sentimiento,
y más aún comprendí que es momento,
de que perdone,
aún cuando quizás no haya sido perdonada. 
Y recordé lo que aquella pelirroja dijo,
perdonate para que logres avanzar,
pues es momento de caminar.
Camino y nado en este inmenso mundo,
mi alma intenta,
mi cuerpo trabaja,
mi mente procesa,
y mi corazón intenta dejar de sentir.
Pasan los minutos, las horas,
los días, los meses y sigo buscando mi propio perdón.
Me pido perdón por mentirme a mi misma,
por haber pecado sin desearlo y haber amado en todo ese trayecto,
aún cuando pido perdón,
no me arrepiento del sentimiento. 
Y aún te pido perdón...
Elizabeth Cubillo M.

Pensamientos



Hoy un día cualquiera,
y quizás mi funeral,
te perdí, 
quizás sigas amándome,
pero soy un ser humano,
y cometí errores,
y mi error fue mentirte,
pero haberme enamorado,
de un ser tan especial,
como inigualable, nunca fue mentira,
y menos un error.
Problemas quizás si,
pero siempre estuve ahí a pesar
de las circunstancias,
a pesar de que sabía
que era imposible,
a pesar de que me quemaba por estar con vos,
sabiendo que quizás, no aceptarías la realidad,
y sabiendo que quizás sea quien
de la estocada final,
y créeme tengo sed de muerte,
todas las noches trato de perdonarme,
pero de que sirve,
si al final sigo pensando que te hago daño,
y créeme, siempre me arrepentiré
de haberte mentido,
y de no ser,
eso que siempre creíste.
Pero sabiendo lo que soy,
así te ame,
y conocí a la mejor persona que hay sobre este mundo.
Quien me conoció mejor que nadie,
muy a pesar del escenario que se dibujo,
pues quizás no haya más nadie a quien le abra este corazón.
Elizabeth Cubillo M.