Despacio

Despacio,
cada momento lo disfrutaba.
Su voz,
dulce y tierna,
aún cuando se escuchaba agotada.
Despacio,
trataba de mantener la calidez de cada momento.
No podía pelear contra lo inevitable,
pero cada instante era único,
y cada uno de ellos en mi corazón perduran.
Despacio,
no puedo luchar contra lo que mi corazón siente,
en lo profundo de la noche en sueños,
sigo luchando para dejarte ir,
y me doy cuenta de que,
aún luchando contra algo que siento,
lucho por no olvidarte y dejarte ir.
Despacio,
fueron llegando las pesadillas donde dejaste de estar,
despertando del mal sueño,
para que la realidad fuera esa pesadilla todos mis días.
Despacio,
las lagrimas recorren el rostro,
porque cuando no quise hacerte daño,
logré herir a ese ser que descubrió que podría amar,
que podría ser una linda persona,
que podría ser perfecta con aquel sentimiento,
que podía brillar y dar.
Despacio,
intento olvidarte,
lo intento,
pero la verdad es que te extraño,
y cuando intento olvidarte,
es cuando más me pregunto,
¿qué hará?¿lo pasara bien?¿me odiara?
¿qué escuchara?¿comerá bien y a sus horas?¿sé cuida?
y demás preguntas que invaden,
haciendo que no le olvide y que le piense más.
Despacio,
miro mi ventana,
aquel cielo azul oscuro que llama al sol para amanecer,
y me pregunto... ¿si dormirías bien?,
¿si Morfeo te acompaño?,
y ¿si mi alma enamorada de ese corazón viajo a acompañarte y cuidarte?
Despacio,
cierro los ojos y trato de...
Elizabeth Cubillo Morales

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