Tiempo entre puertas

Te llame a la puerta,
temblaba como nunca,
tenía miedo de esperar,
miedo a que no abrieras.
Volví a tocar,
esperando a que salieras,
las manos sudaban,
los nervios me ganaban.
La puerta se abrió,
ahí estabas,
y todo tranquilizo,
cuando sonreíste,
y me atrapaste con tu mirada.
No falto decirte que necesitaba aquel abrazo,
que se volvió eterno.
El tiempo paso lento en esos instantes,
y de tus labios broto "te extraño"
junto con un beso tierno,
que hizo el momento fuera el más grato,
cuando más necesitaba escucharte
y aún más sentirte.
Elizabeth Cubillo M.

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