¿Cómo no volverse loco?

Miedo,
y quizás esa no es la palabra,
pero mi cuerpo temblaba,
y mi mente volaba.
Tus manos recorrían mi cuerpo,
junto con tu mirada y tus labios.
Era el primer encuentro de muchos otros,
que se veían venir.
¿Cómo no volverse loco?
Con tanto sentimiento y deseo.
No había más pensamientos,
solo lujuria, morbo y emociones.
Hacía frío,
y el cuerpo tomaba otra temperatura,
con tu cuerpo al lado.
Sudor, recorría cada musculo al pasar de los minutos,
ya no habían dos cuerpos en la habitación.
Ambos vinculados de forma carnal,
disfrutando ambos del momento.
¿Cómo no volverse loco?
Cuando encontramos el climax,
donde ya no había más pena,
donde solamente podía verte y sentir,
donde la satisfacción era parte del ambiente.
¿Cómo no volverse loco?
cuando mi cordura se perdía entre cada movimiento.
Elizabeth Cubillo M.

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