Herida

Una herida,
tan fresca como el agua,
tan latente como el corazón,
la herida sangra,
sin dejar de doler,
sin dejar de crecer.
La herida,
inicia a sanar,
a recibir atención,
pero nuevamente caes,
te das más fuerte,
y la herida crece,
y el dolor regresa
una vez más.
Elizabeth Cubillo M.

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