Como el agua entre los dedos

Pena, vergüenza.

Ahí están latentes cuando menos te lo esperas,

y se recalcan aun más cuando te hiero.

Viendo que quizás las cosas,

corren como el agua entre los dedos

donde el agua se pierde entre ellos.

Así estoy perdiendo tú amor,

tú calor, lo que me das.

Eso que es tan preciado para mi corazón.

Siento pena al ver que quizás no pueda retenerte,

y vergüenza al no saber cómo reaccionar.


Elizabeth Cubillo M.

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