Tu cuerpo rozo el mio,
lentamente,
en un descuido,
con ese deseo oculto entre manos,
con un calor incomparable.
Deseos,
inundaron los pensamientos,
el palpitar acelero,
las miradas se encontraron,
y el camino siguió.
lentamente,
en un descuido,
con ese deseo oculto entre manos,
con un calor incomparable.
Deseos,
inundaron los pensamientos,
el palpitar acelero,
las miradas se encontraron,
y el camino siguió.
Elizabeth Cubillo M.
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