El reloj se detiene.
¿Tiempo te habrás detenido también?
Sería fácil pensar que dejo de existir,
pero siempre está ahí.
Simplemente es parte de nuestros ciclos,
nos rodea y envuelve sin darnos alguna otra opción,
nos ve crecer, madurar, vivir.
Es nuestro compañero fiel,
junto con la muerte,
que espera paciente hasta el fin,
sin miedo y sin piedad,
como el mejor verdugo.
Somos temerosos de ambos,
dejando que nos carcoma,
el solo pensar y verle pasar ante nuestros ojos.
No te detienes, ni desapareces,
sólo mi existencia se detiene.
Elizabeth Cubillo M.
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